¿Merece la pena tener una página web?

Hubo un tiempo en que no era necesario tener una página web. Aunque los fotógrafos hemos sido tecnológicamente unos adelantados, lo cierto es que para conseguir que nuestro modelo de negocio fuera exitoso no necesitábamos una página web. En aquella época los hábitos de consumo de nuestros clientes potenciales no iban en ese sentido y las personas conocían a los fotógrafos en sus estudios, en muchas ocasiones también tiendas, o a través de la recomendación de otra persona.

Con la llegada de la burbuja del “.com” mucha gente entendió que era necesario tener una web, fue entonces cuando empezamos a ver como muchos fotógrafos tenían un pequeño espacio en internet que tras tres doble uves albergaba unas cuantas de sus fotografías y algo de texto que explicaba donde podían encontrarles y cuales eran sus datos de contacto. Comenzaron a proliferar los blogs y algunas personas tuvieron un éxito increíble. Personalmente seguí con mucho entusiasmo aquellos relacionados con iluminación fotográfica. Visto con perspectiva aquello fue lo que me impulsó a compartir mis avances como fotógrafo lo que más tarde me llevó a tener mi propio canal de YouTube.

Aunque no era fundamental para ganarse la vida tener una web, si que es cierto que ayudaba a que te encontraran cuando el cliente no tenía referencias previas a la primera contratación, es decir, cuando una pareja iba a casarse y nunca antes había contratado a un fotógrafo. Aunque los amigos de estas personas solían recomendarle a alguien, poder visitar una página web para ver su trabajo sin tener que hablar con este fotógrafo previamente era realmente útil.

Mi primera web

No recuerdo exactamente como era mi primera web estéticamente pero si recuerdo con claridad como era la primera web de la que me sentí realmente orgulloso: minimalista, fondo blanco, imágenes muy bien seleccionadas, temas variados, apartado de contacto y blog.

En aquella época — hablamos de finales de 2008 — los fotógrafos de boda no se habían posicionado en internet, seguían viviendo de las rentas y para mi fue una oportunidad enorme. Posicioné mi web de forma orgánica en las primeras posiciones de Google y aquello hizo que mis ventas se dispararan. Gracias a aquella estrategia puedo decir con total seguridad que viví unos cuantos años de bonanzas económicas. Años más tarde, prácticamente todos los fotógrafos tenían su propia web. Muchos llegaron tarde y desgraciadamente no pudieron volver a remontar el vuelo, otros eran suficientemente fuertes como para que no les afectara en exceso.

La llegada de las redes sociales

Las redes sociales empezaban a hacer su aparición masiva. La prensa comenzaba a especular con la idea de que serían el futuro y yo comenzaba mi andadura profesional. A comienzos de 2011 tenía Facebook e Instagram. Antes tuve MySpace y antes que eso Messenger — el WhatsApp de los 2000 — así que tenía bastante rodaje y sentía que estaba cómodo manejando estas herramientas. Todavía no existían los gurús del marketing online así que vivíamos más tranquilos sin saber que debíamos de contar con una estrategia, un calendario de publicaciones, un análisis de hashtag y las cientos de tareas que realizamos todos actualmente.

Reconozco que no me tomé lo suficientemente en serio la llegada de Instagram y es algo de lo que me arrepiento. Tardé casi ocho años en entender como se llevaba correctamente una red social. Al final todo es un aprendizaje y en este caso tardé bastante en aprender como había que hacerlo de forma correcta.

Instagram sustituyó a las webs porque los clientes prefieren ver tu feed a tener que navegar por tu página web sin entender realmente bien como hacerlo para llegar a la información que necesitan. Además en Instagram cuando una persona quiere, puede escribirte un mensaje privado y pedirte cierta información, también puede acceder fácilmente a tu número de teléfono o incluso a tu email. Parecía por tanto que ya no era necesario tener página web, pero ¿es esto cierto?.

El nuevo uso de las webs

Muchos de nosotros abandonamos nuestra web haciendo que todo el trabajo realizado durante años se fuera a la basura. Tener un cementerio en forma de web con un contenido absolutamente obsoleto es horroroso. Das la sensación de abandono, de dejadez, de que no te preocupas lo sufre te de tus clientes. Yo mismo llevo años abanderando este mensaje. Incluso hoy en día si te fijas mi web de bodas está abandonada. Ahora es más normal, vivimos tiempos difíciles donde nadie te va a contratar pero eso no quita para que tenga que renovarla, actualizarla y mejorarla. Este ha sido el proceso que he hecho con esta web que estás visitando ahora mismo. Tengo el portafolio actualizado, sigo subiendo cada fotografía buena que hago de forma inmediata, mejoro día a día las diferentes secciones y trabajo mi blog y mi base de datos para que mi newsletter poco a poco vaya siendo cada vez más interesante para mi modelo de negocio.

Actualmente tener página web merece la pena por varias razones. Por una parte es una forma de destacar con respecto a tu competencia. Para muchos clientes ver tus fotos en Instagram es solo el primer paso, ellos necesitan ir a una web y ver con mayor profundidad tu trabajo, leer sobre ti y que les generes la suficiente confianza como para decidir su compra.

Además es una forma genial de mostrarte al mundo tal y como quieras, sin las restricciones clásicas de una red social, que te impone un estilo y unas dimensiones en tus imágenes. Además un día cambia el formato o el algoritmo y tu trabajo se va al traste. Tu web es tu lugar, ese que controlas y en el que decides que y como enseñas tu contenido.

Por si estas razones no fueran suficiente, tener web te da la posibilidad de mostrarte como un profesional, que se preocupa por su negocio y es capaz de tomarse en serio la forma en que atiende al cliente. Puedes diseñar páginas webs con secciones escondidas para que tus clientes puedan acceder y beneficiarse de un contenido exclusivo, también puedes crear guías que solo podrán ver aquellas personas que te contraten o estén pensando en hacerlo. Finalmente puedes crear cuestionarios para recabar información de quienes quieren contratarte cosa que en las redes sociales no puedes hacer.

Entonces, ¿hace falta tener web siendo fotógrafo profesional?

¡Por supuesto! Si no la tienes estás tardando en hacerte una y si la tienes estoy convencido de que puedes mejorarla. ¿Qué te parece si empiezas por crear una sección de preguntas frecuentes para que tus clientes potenciales puedan resolver tus dudas antes de llamarte y preguntártelas? Creo que es una fantástica opción tenerla de forma pública. ¿Y si te animas a generar contenido escrito en un blog explicando tus procesos creativos y adjuntando algunas fotografías de cómo lo has hecho? Podría se un paso previo a tener tu propio canal de YouTube e igualmente efectivo.

Mi recomendación es que empieces por definir tu modelo de negocio, piensa qué vendes y a quién, a partir de ese momento busca las fotografías de tu archivo que mejor le expliquen a tu target lo que haces. Si por ejemplo te quieres dedicar a hacer fotografía gastronómica tendrás que enseñar los diferentes estilos y formas que tienes de trabajar. A partir de ahí crea una web sencilla, busca un texto que explique cual es el proceso de contratación y cómo trabajas. Piensa si quieres publicar o no tus tarifas y aplícate con el posicionamiento SEO y SEM de página web. Esta última parte es fundamental porque si no te encuentran es como si no existieras.

Si te apetece comentar algo te animo a que me sigas en redes sociales como Instagram o YouTube y me envíes un comentario o un mensaje. Si quieres saber más de marketing en Patreon tenemos algunos videos realmente interesantes y estoy seguro que el resto del contenido te puede gustar mucho. Date de alta en nuestra newsletter si quieres que te mantengamos informado y poder recibir nuestros regalitos en forma de presets, eBooks y contenido exclusivo.

Edu López

Fotógrafo, creador de contenido Youtube, formador en Patreon.

https://www.estudiolumina.com
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